El fraude en la empresa
financiera, puede ser estudiado de diferentes formas, entre las que destaco las
siguientes:
- Desde su autoría.
- Desde su objeto.
Estudiado desde su autoría, el
fraude puede ser INTERNO si en el
mismo intervienen empleados o directivos de la propia empresa, o EXTERNO si sus autores son clientes que
usan su propia identidad, o si sus autores son terceras personas desconocidas que
usan identidades falsas, o identidades usurpadas a los verdaderos titulares.
Desde su objeto, el fraude puede ser analizado
teniendo en cuenta los diferentes criterios
de ataque utilizados por los defraudadores:
- Ataque a una empresa concreta.
- Ataque a un sector de actividad.
- Ataque a un determinado bien o servicio comercializado por una empresa o por un sector de actividad.
En el análisis del FRAUDE
EXTERNO, utilizaré la siguiente clasificación que encuentro más clarificadora
que la utilizada por los especialistas anglosajones:
- Fraudes cometidos con la propia identidad
- Fraudes cometidos con identidades falsas o usurpadas
En la terminología anglosajona, a
los fraudes externos cometidos por defraudadores que utilizan su propia
identidad se les conoce como fraudes por primera parte, y a los fraudes
externos cometidos con identidades
falsas o usurpadas se les conoce como fraudes por tercera parte.
Según el esquema planteado, el
estudio de la prevención del fraude requiere un ejercicio de sistematización
que facilite el análisis de sus diferentes enfoques, por lo que iré presentando
progresivamente:
- Fraudes cometidos con identidades falsas o usurpadas y su prevención
- Fraudes cometidos con la propia identidad y su prevención
- Fraudes cometidos contra una empresa concreta y su prevención
- Fraudes cometidos contra un sector de actividad y su prevención
- Fraudes cometidos contra determinados bienes y servicios y su prevención
LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE
Una empresa financiera necesita
gestionar su negocio para conseguir el máximo rendimiento de sus factores
productivos utilizando para ello diferentes vías, entre las que destaco las
siguientes:
- Apostando por un crecimiento rentable y de calidad de los servicios que presta
- Aumentando de forma constante su cartera de clientes mediante la permanente mejora de su eficiencia comercial y de marketing
- Potenciando la optimización de su gestión del riesgo
La prevención del fraude se
entronca dentro de los estándares de
calidad que debe conseguir la empresa financiera en la gestión del riesgo.
Saber gestionar el riesgo es una
de las principales ventajas competitivas de cualquier empresa, para lo que necesita
impregnase de una cultura de prevención
que abarque a la propiedad, al equipo directivo, a los empleados, a los proveedores
y a los clientes.
Esta cultura se consigue
integrando en la empresa un conjunto de medidas que tienen que ver con la
gestión del riesgo, entre las que están:
- Una adecuada organización para la toma de decisiones de riesgo
- Esquemas relacionales entre el riesgo y la rentabilidad
- Procedimientos de gestión avanzados
- Metodologías de valoración y calificación objetiva de clientes y operaciones
- Políticas crediticias prudentes
- Procesos de incentivación que tengan en cuenta variables de rendimiento y riesgo
- Sistemas de control y supervisión adaptados a los requerimientos de los reguladores
Uno de los principales riesgos de
las empresas financieras lo constituye el fraude, por lo que la gestión de este
riesgo la denominaré:
PREVENCIÓN DEL FRAUDE
Los capítulos que irán
componiendo el presente trabajo tendrán como objetivo la identificación de este
riesgo, su evaluación, su monitorización y su control.
Igualmente plantearé criterios
que ayuden a las entidades financieras a instaurar políticas y procedimientos
que sirvan para mitigar este riesgo, o para sanear prácticas perjudiciales para
la prevención del fraude.
La prevención del fraude exige
una metodología que está prácticamente sin hacer, por lo que este trabajo
pretende ser un simple prolegómeno, en la confianza de que esta iniciativa
animará a otros profesionales que dentro del sector financiero se dedican a la
prevención del fraude, a que aporten sus propias experiencias. Este esfuerzo
colectivo terminará enriqueciendo el material formativo de una especialidad
técnica que se basa en la experiencia, pero que utiliza al mismo tiempo las
enseñanzas de diferentes ciencias que
tienen que ver con la investigación policial, económica y empresarial.
Este trabajo de divulgación resulta
posible por la confianza que la Asociación Nacional de Establecimientos
Financieros de Crédito (ASNEF) ha puesto en mi persona, al encomendarme en el
año 2002 la creación del Servicio de Prevención del Fraude, que con el tiempo
ha llegado a convertirse en un observatorio privilegiado para estudiar los
problemas de fraude que tiene el sector financiero, además de un punto de
encuentro de los especialistas de todo el sector, a través de la COMISIÓN PARA
LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE. Dedico por tanto a la Asociación y a todos los
compañeros que me han acompañado durante este tiempo, los diferentes capítulos
que vaya publicando sobre esta materia en los próximos meses.
Mediante la publicación periódica
de diferentes capítulos dedicados a la prevención del fraude, pretendo dar una
visión de la experiencia que el sector financiero ha adquirido a través de la
Comisión, y que ha sido posible reunir gracias a la estructura del Servicio de
Prevención del Fraude que está soportada por la Asociación.
Esta experiencia nos ofrece las
siguientes enseñanzas:
- La prevención del fraude sólo puede ser exitosa si es asumida por la Alta dirección y pasa a formar parte de la cultura de toda la organización.
- La estructura de prevención del fraude no debe ser considerada como gasto, sino como inversión.
- La prevención del fraude no puede ser abordada en solitario por la empresa, sino en colaboración con las restantes empresas del sector, compartiendo experiencias y herramientas tecnológicas.
- Dentro del sector financiero resulta necesaria la formación de especialistas en esta materia, que tengan internamente el necesario reconocimiento profesional y externamente el académico, y que sean capaces de innovar a partir de la experiencia y de la utilización conjunta de diferentes ciencias.
- La verdadera prevención del fraude no puede quedar nunca atrapada en burocracias tecnológicas que la encorseten.
Durante estos diez años, a través
de la Comisión se está logrando que la PREVENCIÓN DEL FRAUDE esté calando en la
cultura de gestión del riesgo de las entidades financieras, que cada vez más,
se están dotando de estructuras especializadas para esta función.
Los DEPARTAMENTOS DE PREVENCIÓN DEL FRAUDE, con nombres diferentes dependiendo
de las entidades, están evolucionando positivamente dentro de las empresas
conforme sus técnicas de gestión del riesgo van demostrando su
rentabilidad.
En estos departamentos se van
integrando profesionales cada vez más valiosos procedentes de diferentes
servicios internos, o que son contratados
específicamente para esta función, y se están dotando de las herramientas
tecnológicas necesarias para el análisis y el control de este riesgo.
Como iremos viendo en los
capítulos que siguen, estos departamentos, además de su función específica,
tienen otras posibilidades de operatividad transversal, que pueden ser
aprovechadas por las empresas para descargar de trabajo a los departamentos de
negocio, mejorando con ello su productividad.
LA EXPERIENCIA DE LA COMISIÓN Y DEL SERVICIO DE PREVENCIÓN DEL FRAUDE
Esta experiencia está sirviendo
para incrementar la colaboración entre las entidades financieras, mediante el
intercambio de conocimientos, el fomento de la colaboración con las
instituciones públicas y privadas que se dedican a esta materia, la creación de
bases de datos con toda la garantía de legalidad, y el diseño de herramientas
tecnológicas de uso compartido.
Todo ello está permitiendo reducir
costes en el sector, al mismo tiempo que se
le dota con las últimas tecnologías en campos de indudable interés
estratégico, lo que, sin duda,
incrementará la eficiencia futura de la prevención del fraude.
Se está trabajando también para conseguir que todos los empleados de las
empresas financieras se conciencien de su protagonismo en la prevención del fraude,
y no consideren esta materia como de interés exclusivo de algunos departamentos
concretos. Para conseguir este objetivo la Asociación y la Comisión, a través del
Servicio de Prevención del Fraude están ofreciendo formación mediante la
preparación de eventos y la publicación de estudios.
Especial atención se está
teniendo para que los especialistas ocupen
el centro operativo de la prevención del fraude, rompiendo así la tendencia equivocada en otros momentos,
de primar en esta materia a las máquinas.
Las plataformas tecnológicas
seguirán siendo imprescindibles para la prevención del fraude, pero han de
estar al servicio de las personas y no al revés. La experiencia viva de los
analistas debería ser el impulso creativo del sector tecnológico para el diseño de cualquier
herramienta. Ninguna empresa tecnológica
debería comercializar sus soluciones, aunque hayan tenido éxito fuera de España,
sin intercambiar primero experiencias con las personas que tendrán que utilizarlas
en nuestro País.
Esta visión colaborativa está
permitiendo el acercamiento del sector tecnológico a la Comisión y al Servicio
de Prevención del Fraude de ASNEF, lo que está propiciando el diseño de soluciones
tecnológicas con aplicación a la resolución de problemas concretos a partir de
las necesidades planteadas por el sector.
Resulta también imprescindible la formación
de especialistas, y su profesionalización dentro de las estructuras internas de
las empresas financieras, mediante el reconocimiento de su función
especializada y sobre todo, fundamentando académicamente esta materia.
Este objetivo será posible en un
futuro inmediato a través de los Convenios de Colaboración que estamos estableciendo con varias Universidades, como la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), o la Universidad de Alicante.
CONTENIDO DE LA PRIMERA ENTREGA DEL TRABAJO
En los capítulos que siguen analizaré el fraude externo desde la óptica de
la prevención, centrándome en los fraudes cometidos con identidades
falsas o usurpadas, puesto que los cometidos con la propia identidad tienen que
ver más con los engaños que utilizan los clientes con la intención de defraudar
mediante la falsificación de sus datos de solvencia.
Dedicaré un capítulo especial a
la usurpación
de identidad, que es conocida en la terminología anglosajona como robo de identidad, puesto que es un
problema independiente al propio fraude.
Este problema debe ser analizando
también por las entidades financieras desde la óptica de los titulares de las identidades usurpadas, por cuanto
sus efectos trascienden a los propios hechos delictivos cometidos mediante las
usurpaciones, y terminan afectando la reputación de las propias empresas
victimizadas por los fraudes.
Hay que tener en cuenta que cuando
un hecho delictivo se consuma o se intenta mediante una usurpación de
identidad, genera una víctima marginal
al propio delito de estafa. Esa víctima es el
verdadero titular de la identidad usurpada, que resulta violentado también por
el hecho delictivo, y al que con el fraude, los defraudadores ocasionan daños
morales y económicos.
En el Código Penal español la
usurpación del estado civil constituye por sí mismo un hecho delictivo
independiente. (Artículo 401).
A los fraudes cometidos con
identidades falsas y usurpadas dedicaré los siguientes capítulos a partir de
esta Introducción:
- Importancia de la autoría para la prevención e investigación del fraude de identidad (Capítulo 2)
- El problema de la usurpación de la identidad (Capítulo 3)
- La base de datos de clientes (Capítulo 4)
- La seguridad de la información (Capítulo 5)
- Funciones del Departamento de Prevención del Fraude (Capítulo 6)
- La identificación formal presencial, mediante la verificación de documentos fehacientes (Capítulo 7)
- La identificación formal no presencial, mediante medidas reforzadas de diligencia debida (Capítulo 8)
- La prevención del fraude externo cometido con identidades falsas o usurpadas (capítulo 9)
Madrid, 21 de enero de 2013
Fabián Zambrano Viedma
Responsable del Servicio de Prevención del Fraude